SEGON DE BATXILLERAT HISTÒRIA D'ESPANYA L'època de la Restauració (1874-1931)
Material d'ampliació
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••(Examen de selectivitat, 2004) Lea el siguiente texto y responda a las cuestiones.
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Examen Selectivitat, 2010
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LAS FINANZAS DEL PAÍS VASCO Un sistema tributario peculiar BILBAO. (Redacción). - El primer concierto vasco se firmó en 1878, como consecuencia de la abolición de los fueros y, en este sentido, es producto indirecto de las guerras carlistas: los territorios forales fueron incluidos en el sistema de régimen tributario común, pero se otorgó a las instituciones forales la capacidad de recaudación fiscal a cambio del pago de un cupo al Estado. En 1837, con motivo de la primera guerra carlista, las Cortes aprobaron un decreto, el 19 de septiembre, por el cual se derogaba la organización política y jurisdiccional de las provincias vascongadas y Navarra y se suprimían las aduanas situadas en el Ebro. Dos años más tarde, en 1839, tras el final de la guerra y con la firma del convenio de Vergara por los generales Espartero y Maroto, las Cortes acordaron confirmar los fueros, pero respetando la unidad constitucional de la monarquía. Sin embargo, el estallido de otra revuelta en 1841 hizo fracasar dicho pronunciamiento y en octubre de ese año las Cortes aprobaron, bajo el gobierno de Espartero, la supresión total de los fueros y la obligación a los territorios vascongados, convertidos ya en provincias, a sujetarse a los aranceles estatales. La situación que media desde 1845, fecha de la reforma tributaria de Mon-Santillan, hasta 1876 es confusa, ya que, aunque legalmente en estas provincias se hallaba vigente el régimen tributario común, en la práctica se daba una casi inexigencia del mismo. En 1876, bajo el reinado de Alfonso XII, se vuelven a abolir los fueros y se hace extensivo a los territorios forales el cumplimiento de las obligaciones tributarias y militares generales de la "nación española". En 1878, Cánovas del Castillo firma el primer concierto económico con las tres provincias vascongadas mediante el real decreto de 28 de febrero. Por lo que se refiere al cupo de dicha época, su definición conceptual era muy diferente de la actual. En aquellos años el cupo representaba el pago que debían realizar las diputaciones vascas a la Administración central por los impuestos que Hacienda debería haber recaudado si hubiera realizado directamente la recaudación tributaria. Un siglo más tarde, con la llegada de la democracia, en el concierto de 1981 se define el cupo como la cantidad que debe abonar la comunidad autónoma vasca para sufragar las cargas generales del Estado por las competencias no asumidas (Defensa, Aduanas, Casa Real, etcétera). Tras el concierto de 1878, se producen renovaciones en 1887, 1893- 1894, 1906 y 1925. El último de dichos conciertos se aprobó bajo la dictadura de Primo de Rivera con una duración de 25 años, lo que se hubiera prolongado hasta 1951 de no interferir la guerra civil española. Tras la Guerra Civil, el concierto fue suprimido por Franco para Vizcaya y Guipúzcoa, declaradas provincias "traidoras", pero se mantuvo en Álava y en Navarra, a las que se consideró provincias "leales". En el caso navarro se aprobaron los convenios de 1941 y 1969, mientras que en Álava se aprobó un nuevo concierto en 1952 y otro en 1976. Con la llegada de la democracia y la aprobación de la Constitución de 1978 y el Estatuto de Autonomía de 1979, se propició la recuperación del concierto para los tres territorios históricos del País Vasco, que se aprobó en 1981. |
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La Vanguardia 27/01/2001
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••(Examen de selectivitat) Observeu el mapa de l'illa de Cuba i contesteu les preguntes que teniu a continuació A. Ubieto. Introducción a la Historia de España, p.758
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••(Examen de selectivitat) Conflictivitat laboral a Espanya (1915-1930) Any Nombre d'obrers en vaga FONT: A1bert Carreras i Xavier Tafunell TAFUNELL (coord.). Estadísticas históricas de España: Siglos xx-xx). VO1. III.2a ed. Bi1bao: Fundación BBVA,2005, P.1242.
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••(Examen de selectivitat) Vagues a Espanya, 1914-1920 vagues vaguistes Font: Juan Antonio Lacomba: La crisis española de 1917, Madrid,1970, p.374 Qüestions:
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-Investigar la historia de las tres generaciones que me preceden ha dado un sentido profundo a mi existencia. –¿Por qué? –La vida es una batalla perdida de antemano: sólo nos queda afrontar la derrota con dignidad. Saber cómo la libraron tres generaciones de ancestros me ayuda a encajar lo que va llegando. –¿Cómo? –Acepto que sólo soy el eslabón de esa cadena y eso conforta mi soledad ante mi propio destino. ¿Conoce usted a sus bisabuelos? –No mucho, la verdad. –Pues entérese. Se lo recomiendo a todos. Yo he aprendido muchísimo de quienes, entre mis familiares, parecían triunfar, como el tío Gip, y en realidad se hundían, y de quienes, como el padrí, parecían haberse hundido al retirarse de todo y en cambio acabaron ganando a su manera. –¿Quiénes eran sus familiares? –Fueron industriales catalanes de esa clase que antes de la Guerra Civil dio a Barcelona un lugar en el mundo. Aquella gran burguesía catalana, pese a la corrupta mediocridad de los politicastros madrileños y locales, conspiró en sus salones para constituirse en aristocracia en el sentido platónico: alcanzar la excelencia por la comunidad. –¿Usted cree que eran tan generosos? –Se sentían en deuda con la sociedad de su tiempo desde la moral cristiana –que no católica– y correspondían con exigente mecenazgo a crear la exquisitez del Liceu o el Palau. –¿Antes de los Juegos Olímpicos? –Pero vamos a ver. ¿Qué está vendiendo hoy Barcelona? ¡Modernismo, Gaudí, Eixample...! Todo lo que se puede enseñar hoy en esta ciudad, ya estaba hecho antes de los Juegos Olímpicos. Lo hizo esa generación. –¿Qué generación? –La de Teresa Llorach o de mi bisabuela, Teresa Baladia, la ben plantada que inspiró a Eugeni d'Ors aquel ideal estético para iluminar Europa. Era una sociedad civil... –¡Fue una plutocracia que conspiraba con el dictador Primo de Rivera, por ejemplo! –Los políticos estaban muy por debajo de esta clase que protagonizó el renacer de un pueblo, la búsqueda de un ideal y de colocar una ciudad, Barcelona, en el mundo. Realizaban ese sueño cuando la Guerra Civil lo destruyó todo. ¿Ve a esa señora de esta foto? –¿La del Rolls Royce? –Eso es lo de menos. Ese Rolls acabó lleno de cagadas de gallina en algún palomar perdido en la España árida: fue requisado por los milicianos para transportar tropas al frente de Aragón. A ella se la podía ver retratada por Ramon Casas. El alcalde de Barcelona tuvo ese retrato justo detrás de su sillón y a menudo salía de refilón en la tele. –Me fijaré a ver si continúa allí. –Es Isabel Llorach, hermana de mi bisabuela, hoy olvidada, pero su empeño sobrevive y no sólo en la gran prosa de Sagarra. –¿Qué hizo su tía bisabuela? –Organizó un auténtico fórum de las culturas... ¡Y pagado de su bolsillo! –Eso tiene un mérito contante. –Durante años recibía a todos los intelectuales europeos en sus salones y en el Ritz, en el famoso Conferentia Club. –Su padrí pagó la tetralogía de Wagner con plusvalías exprimidas a la clase obrera. –No lo niego: mi bisabuelo explotaba a sus obreros, pero ¿acaso somos hoy mejores? ¿De dónde cree que salen las plusvalías que financian este Fòrum socialdemócrata montado para tapar la especulación urbanística? –¿? –¡Del patrocinio de multinacionales que exprimen a sus trabajadores adolescentes y niños en Indonesia o Marruecos! ¿Y dónde piensa que se generan los miles de millones que se invierten en lujo hortera hoy en España? ¡Salen del pelotazo del tocho que nos expulsa de nuestra ciudad y de fábricas del Tercer Mundo donde hoy está el textil o las manufacturas que estuvieron en Poblenou o Sants! Y yo conozco a esos fabricantes. –¿Y son igual de explotadores? –Mi bisabuelo, el padrí, organizaba conciertos de música clásica para sus trabajadores y esos empresarios catalanes en el Tercer Mundo sólo organizan la fuga de divisas. –Entre esos grandes apellidos catalanes que añora había grandes esclavistas negreros. –El esclavismo continúa, pero difuso y con otras tapaderas y otros nombres. Y con una estética mucho más vulgar. ¿O es que usted va a comparar la mesura del Eixample o el señorío racional del paseo de Gràcia o del antiguo paseo de la Bonanova, o la delicia mediterránea del viejo Sarrià, que nos hemos cargado, con la horterada de Diagonal Mar y su aire de Miami Vice de pacotilla? –Es cuestión de gustos. –De mal gusto. La ciudad hubiera agradecido un nuevo barrio con pisos asequibles para la gente joven, hoy expulsada de Barcelona por el precio de la vivienda. ¡Nos echan! –En su libro deja usted mal al president Tarradellas y a Mercè Rodoreda. –Tarradellas derrochó un dinero que no tenía y que hubiera evitado estrecheces a muchos refugiados para aparentar una innecesaria grandeur de la Generalitat que no necesitaba chateaux: con un pisito hubiera bastado. En cuanto a Mercè Rodoreda... –Gran señora de nuestra literatura. –Sin duda, pero se quedó un dinero que pertenecía a Pompeu Fabra. Me lo explicó a mí Carola Fabra, su hija. –¿Los grandes apellidos continúan? –En cierto modo. Maragall, Nadal, Serra. Muchos de ellos ya eran apellidos patricios. –¿Lo ve? –La avaricia es la misma, pero antes hubo aquí también ambición espiritual y estética. La Vanguardia 17/06/2004 |
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